Cuánto poder esconde la humanidad
y qué poco conscientes somos de ello.
Qué equivocados están los escépticos
que dudan de si existe la magia
aunque la vivan día tras día.
Y me vais a perdonar todos,
pero de todas las leyendas
y de todas las historias,
yo no concibo nada más real
que las sonrisas que queman
como el mayor de los secretos.
Las que te salvan de la vida
cuando se hace cuesta arriba seguir.
Y aquí es donde está mi suerte:
porque, si tengo que elegir entre todas,
mi favorita siempre es la tuya
cuando me abrazas y te pido
cinco minutos más.
La chica del chubasquero amarillo.